LACOSAMIDA Y CARBAMAZEPINA DE LIBERACIÓN CONTROLADA EN LA EPILEPSIA DEL LÓBULO TEMPORAL
Kanagawa, Japón:
En un análisis post hoc exploratorio en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal de reciente diagnóstico asignados al tratamiento con lacosamida (LCM) o con carbamazepina de liberación controlada (CBZ-LC), la LCM tuvo una eficacia similar a la de la CBZ-LC; además, un menor número de pacientes asignados a LCM refirieron efectos adversos.
Seizure 11262-67, 2023
Autores:
Terada K, Kubota Y, O'Brien TJ
Institución/es participante/s en la investigación:
Yokohama Minoru Epilepsy & Developmental Clinic
Título original:
Efficacy and Tolerability of Lacosamide and Controlled-release Carbamazepine Monotherapy in Patients with Newly Diagnosed Temporal Lobe Epilepsy: Post hoc Analysis of a Randomized, Double-blind Trial
Título en castellano:
Eficacia y Tolerabilidad de la Lacosamida y la Carbamazepina de Liberación Controlada como Monoterapia en Pacientes con Epilepsia del Lóbulo Temporal de Reciente Diagnóstico: Análisis Post Hoc de un Ensayo Aleatorizado a Doble Ciego
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
2.13 páginas impresas en papel A4
Introducción
La epilepsia del lóbulo temporal (ELT) es el tipo más común de epilepsia focal en los adultos; estos pacientes suelen tener una menor respuesta al tratamiento en comparación con otros tipos de epilepsia, y la ELT a menudo se asocia a convulsiones que son resistentes a los fármacos.La lacosamida (LCM) es un fármaco antiepiléptico (FAE) que aumenta selectivamente la inactivación lenta de los canales del sodio dependientes del voltaje. Sin embargo, los datos sobre la eficacia y la tolerabilidad de la LCM en los pacientes con ELT son limitados. El objetivo del presente análisis post hoc con los datos de ese ensayo fue evaluar la eficacia y la tolerabilidad de la monoterapia con LCM en adultos con diagnóstico reciente de ELT.
Pacientes y métodos
El ensayo, de fase III, aleatorizado, a doble ciego y de no inferioridad, tuvo por finalidad evaluar la eficacia y la tolerabilidad de la LCM frente a la CBZ-LC como monoterapia en pacientes con ELT de reciente diagnóstico. Se analizaron pacientes de ≥ 16 años y, que debían haber presentado ≥ 2 convulsiones no provocadas en los 12 meses anteriores, separadas por un intervalo de 48 horas como mínimo, y al menos una convulsión en los 3 meses previos. Los participantes fueron asignados al azar a LCM o a CBZ-LC en monoterapia. Para determinar la asignación a los grupos, se consideró la cantidad de convulsiones ocurridas en los 3 meses anteriores al rastreo (≤ 2 o > 2). El ensayo tuvo un diseño escalonado con 3 niveles de dosis objetivo predefinidos para cada tratamiento (200, 400 o 600 mg/día para LCM; 400, 800 o 1200 mg/día para CBZ-LC). La dosis de LCM y CBZ-LC se aumentó al siguiente nivel de dosis objetivo tras la ocurrencia de una convulsión durante el período de evaluación de 6 meses. Se realizaron análisis en el grupo de seguridad y en el grupo de análisis completo (FAS, por su sigla en inglés). Los criterios de valoración de eficacia incluyeron la proporción estimada de pacientes que permanecieron sin convulsiones durante 6 y 12 meses con el último nivel de dosis evaluado (análisis de Kaplan-Meier), el tiempo hasta la primera convulsión con el último nivel de dosis evaluado (análisis de Kaplan-Meier) y la proporción de pacientes que completaron 6 y 12 meses de tratamiento con el último nivel de dosis evaluado y que no tuvieron convulsiones durante 6 y 12 meses, respectivamente. Para el análisis de tolerabilidad se consideraron los efectos adversos emergentes durante el tratamiento (EAET), los EAET graves, los relacionados con el fármaco, los que motivaron la interrupción del tratamiento y el tiempo hasta la interrupción de la terapia por un efecto adverso desde la primera dosis de la medicación del ensayo (análisis de Kaplan-Meier). También se evaluó el tiempo transcurrido hasta la interrupción del tratamiento debido a un efecto adverso o a la falta de eficacia (análisis de Kaplan-Meier).
Resultados
De los 886 pacientes que recibieron al menos una dosis de la medicación (LCM, n = 444; CBZ-LC, n = 442), el lóbulo temporal fue el único foco de localización en 287 (32.4%) pacientes: 134 en el grupo de LCM y 153 en el grupo de CBZ-LC. La mayoría de los pacientes con ELT permanecieron en el primer nivel de dosis objetivo durante la duración del ensayo (LCM 200 mg/día: 89 [66.4%]; CBZ-LC 400 mg/día: 112 [73.2%]) y menos pacientes con LCM que con CBZ-LC permanecieron en este nivel de dosis. Las causas más frecuentes de interrupción fueron los efectos adversos (LCM: 11.9%; CBZ-LC: 15%), la falta de eficacia (11.9% y 7.8%, respectivamente) y la renuncia al consentimiento (10.4% y 5.9%, en igual orden).
Las estimaciones estratificadas de Kaplan-Meier para la proporción de pacientes que permanecieron sin convulsiones durante 6 y 12 meses con el último nivel de dosis evaluado fueron similares para los asignados a LCM y a CBZ-LC (6 meses: 88.7% y 89.7%; 12 meses: 78.3% y 81.7%). Y para la proporción de pacientes con ≤ 2 convulsiones previas que permanecieron sin convulsiones durante 6 meses fueron del 93.7% para LCM y del 96.3% para CBZ-LC. En los pacientes con > 2 convulsiones previas, las estimaciones de Kaplan-Meier fueron del 85% y del 84.8% para LCM y CBZ-LC, respectivamente. Las estimaciones de Kaplan-Meier para la proporción de pacientes con ≤ 2 convulsiones previas que permanecieron sin convulsiones durante 12 meses fueron del 80% para LCM y del 86.7% para CBZ-LC. En los pacientes con más de 2 convulsiones previas, las estimaciones de Kaplan-Meier para la ausencia de convulsiones durante 12 meses fueron del 77.1% y del 77.9% para LCM y CBZ-LC, respectivamente. Una proporción similar de pacientes que recibieron LCM y CBZ-LC continuaron con el tratamiento y no tuvieron convulsiones durante ≥ 6 meses (73.1% y 74.5 %) o ≥ 12 meses (60.4% y 64.1%) con el último nivel de dosis evaluado.
Los EAET fueron informados por un menor porcentaje de pacientes que recibieron LCM (73.9%) en comparación con los tratados con CBZ-LC (81%). Los más frecuentes en el grupo de LCM incluyeron las cefaleas y los mareos, mientras que en el grupo de CBZ-LC fueron las cefaleas, la somnolencia y la fatiga. La mayoría, de intensidad leve o moderada. El 10.4% y 9.8% de los pacientes tratados con LCM y CBZ-LC refirieron EAET graves. Menos pacientes tratados con LCM que con CBZ-LC refirieron EAET relacionados con el fármaco (41.8% y 52.3%) y menos interrumpieron la terapia por EAET (11.2% y 15%, en ese orden). Doce meses (364 días) después del inicio del fármaco en estudio, la proporción estimada de pacientes que no interrumpieron el tratamiento debido a un efecto adverso fue del 87.4% en el grupo de LCM y del 86% en el grupo de CBZ-LC. Después de 12 meses (364 días), la proporción estimada de pacientes que no interrumpieron el tratamiento por efectos adversos o por falta de eficacia fue del 77.6% en el grupo de LCM y del 78.9% en el grupo de CBZ-LC.
Conclusión
La ELT suele relacionarse con convulsiones que no responden a los FAC. Se llevó a cabo un análisis post hoc exploratorio en pacientes tratados con LCM o CBZ-LC en un ensayo clínico de fase III, a doble ciego y de no inferioridad, dirigido a individuos de 16 años o más con un diagnóstico reciente de ELT. Los resultados mostraron que la LCM fue eficaz y casi siempre bien tolerada como monoterapia; su eficacia fue similar a la de la CBZ-LC; no obstante, menos pacientes asignados a LCM refirieron efectos adversos.