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RASAGILINA Y LA CALIDAD DEL SUEÑO EN PACIENTES CON ENFERMEDAD DE PARKINSON

Resúmenes amplios

RASAGILINA Y LA CALIDAD DEL SUEÑO EN PACIENTES CON ENFERMEDAD DE PARKINSON


Parma, Italia:
El presente estudio confirma los beneficios del agregado de rasagilina al tratamiento con fármacos dopaminérgicos, en términos de la mejoría de la calidad del sueño y de la calidad de vida, en pacientes con enfermedad de Parkinson precoz.

Neurological Sciences 43(8):4791-4796, 2022

Autores:
Mutti C, Sarnataro RB, Parrino L

Institución/es participante/s en la investigación:
University Hospital of Parma

Título original:
Rasagiline, Sleep Quality and Well-being in Parkinson’s Disease: A Pilot Study

Título en castellano:
Rasagilina, Calidad del Sueño y Bienestar en la Enfermedad de Parkinson: Estudio Piloto

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.1 páginas impresas en papel A4
Introducción
Los trastornos del sueño, presentes en hasta un 70% de los pacientes con enfermedad de Parkinson (EP), son difíciles de tratar ya que no suelen responder de manera favorable a los abordajes terapéuticos convencionales. A su vez, la EP puede agravarse en pacientes con insomnio crónico, trastornos del ritmo circadiano, hipersomnolencia, sueño no reparador, apnea obstructiva del sueño, síndrome de las piernas inquietas o parasomnia asociada con el sueño REM, especialmente el trastorno del comportamiento relacionado con el sueño REM (REM behavior disorder [RBD]). Los trastornos del sueño pueden, incluso, aparecer antes que los síntomas motores típicos de la enfermedad, y afectan considerablemente la calidad de vida. Se sabe que diversos fármacos antiparkinsonianos agravan los trastornos del sueño: los agonistas dopaminérgicos pueden inducir somnolencia diurna excesiva o ataques de sueño, mientras que la L-dopa se ha asociado con exacerbación del RBD o con fragmentación del sueño. En los últimos años comenzaron a evaluarse agentes con posibles efectos modificadores de la enfermedad y, en este contexto, se obtuvieron resultados alentadores con los inhibidores de la monoaminaoxidasa de tipo B (IMAO-B), especialmente la selegilina y la rasagilina, vinculadas con fuertes efectos neuroprotectores. Actualmente, los IMAO-B se indican en pacientes jóvenes con EP y con manifestaciones motoras leves; estos fármacos se utilizan como monoterapia o, más comúnmente, en combinación con agentes dopaminérgicos. En la medida en que la EP progresa y se torna más grave, eventualmente todos los pacientes requieren tratamiento con L-dopa. La degradación de la selegilina a L-anfetamina puede empeorar la calidad del sueño, algo que no ocurre con la rasagilina. Estudios previos sugirieron que la rasagilina podría mejorar la somnolencia diurna excesiva y consolidar la continuidad del sueño. El objetivo de este estudio piloto fue analizar los efectos del agregado de rasagilina a la terapia antiparkinsoniana sobre la calidad del sueño y la calidad de vida en un grupo reducido de pacientes con EP, tratados de manera crónica con el agonista dopaminérgico ropinirol.  

Pacientes y métodos
El reclutamiento de los pacientes con EP precoz (estadio ≤ 2 de Hoehn & Yahr) tuvo lugar entre julio y agosto de 2021 en el Hospital Universitario de Parma, Italia. Los pacientes recibían monoterapia crónica con ropinirol (controles) o tratamiento combinado con ropinirol más rasagilina (casos). Se excluyeron pacientes con trastornos del sueño preexistentes, o sujetos en tratamiento regular con hipnóticos o con otros fármacos inductores del sueño. La calidad del sueño se valoró con el Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI). El puntaje de 5 en el PSQI permite diferenciar los sujetos con sueño de buena calidad (< 5) de aquellos con sueño de mala calidad (> 5). La somnolencia diurna se analizó con la Epworth Sleepiness Scale (ESS). Los valores ≥ 10 se consideran significativos para la somnolencia diurna excesiva. La calidad de vida se determinó con el 36-Items Short Form Healthy Survey (SF-36) que analiza 8 secciones de funcionamiento físico: papel de las limitaciones atribuibles a la salud física, papel de las limitaciones atribuibles a problemas emocionales, nivel de energía y de fatiga, bienestar emocional, funcionamiento social, dolor y salud general. Las diferencias entre los grupos se compararon con prueba de Wilcoxon, mientras que la correlación entre los resultados del PSQI y del SF-36 se analizó con el coeficiente rho de Spearman, el valor de p corregido y sin corrección, y el método de Holm.  

Resultados
La muestra final para los análisis incluyó 17 pacientes de 65.94 años en promedio (70.5% hombres y 29.5% mujeres): 9 en el grupo control y 8 en el grupo de casos. La EP tenía una duración promedio de 3.7 años; las dosis diarias de agonistas dopaminérgicos fueron similares en ambos grupos. Todos los casos utilizaron 1 mg de rasagilina; el tratamiento con IMAO-B tenía una duración promedio de 12.62 meses.  Calidad del sueño y somnolencia diurna Los casos tuvieron puntajes significativamente más bajos del PSQI, respecto de los controles (4.8 y 7.6, respectivamente; p = 0.026). Al considerar los distintos subdominios, la mayor diferencia derivó de la sección de la necesidad de utilización de fármacos hipnóticos (uso ocasional), mayor entre los controles que en los casos (p = 0.047; Figura 1A). Los casos presentaron valores significativamente más bajos de la ESS respecto de los controles (7.4 y 9.7 puntos, en ese orden; p = 0.045; Figura 1B).  Calidad de vida relacionada con la salud Los casos y los controles presentaron puntajes promedio similares en el SF-36 (72.5 y 56.8, respectivamente; p = 0.138). Sin embargo, al considerar las subsecciones, los casos tuvieron puntajes significativamente más altos en las siguientes categorías: funcionamiento social (87.5 respecto de 62.5; p = 0.016), energía y fatiga (67.5 y 48.8, respectivamente; p = 0.045), bienestar emocional percibido (78 respecto de 60.89; p = 0.023) y salud general percibida (61.8 y 45, respectivamente; p = 0.045; Figura 1C).  Análisis de correlaciones Entre los controles se observó una correlación negativa entre los puntajes del PSQI y todas las secciones del SF-36, con excepción del dominio 8, para el cual la correlación fue insignificante (ρ < 0.2). Ninguna correlación persistió después de aplicar la corrección de Holm. En el grupo de casos se observó una correlación negativa entre los puntajes del PSQI y 4 subdominios del SF-36: papel de las limitaciones por problemas emocionales, bienestar emocional, dolor y salud general. Sin embargo, ninguna de ellas persistió después de aplicar la corrección de Holm.  

Conclusión
Diversos fármacos antiparkinsonianos ejercen una influencia relevante sobre la calidad del sueño, el estado de alerta diaria y el bienestar. Los resultados de este estudio sugieren que los pacientes con EP que reciben rasagilina tienen sueño de mejor calidad, requieren menos medicación hipnótica, refieren menos somnolencia diurna y presentan puntuaciones más altas en los dominios de funcionamiento social, energía percibida y bienestar emocional. 
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